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Sent: sábado, 8 de Outubro de 2005 9:59
To: infoapdha@apdha.org
Subject: [InfoApdha] 07-10-05

Sumario: 07 de octubre de 2005.................................................2.158
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Continúa la carnicería en la frontera Sur.
No podíamos creernos las informaciones que a primeras horas de la mañana de ayer nos llegaban de los subsaharianos: nuevas muertes en el intento de entrar en Melilla. El Ministerio del Interior marroquí confirmaba que seis inmigrantes habían muerto, unos de bala otros por aplastamiento. A ello se suma la confirmación de centenares de deportaciones al desierto argelino y mauritano y la muerte de un número indeterminado de personas en ellos.
En este contexto resulta particularmente hiriente que se comiencen a devolver a subsaharianos a Marruecos tras aceptar este reactivar el acuerdo de readmisión de 1992. La responsabilidad del gobierno de Zapataro es enorme: ¿Cuál es el destino de las personas devueltas a Marruecos? Precisamente ahora que se conoce la enormidad de lo que está sucediendo en Marruecos ¿Cuales son las garantías jurídicas y materiales de que Marruecos va a respetar su dignidad y sus derechos humanos? Posiblemente les esté condenando a muchos de ellos a un destino totalmente incierto de vejaciones e incluso posiblemente la muerte. Resulta hiriente la “felicitación” a Marruecos lanzada por el gobierno español tras el último asalto a Melilla con el saldo de seis muertos. Resulta preocupante que la Comisión del Parlamento Europeo y de la UE que se va a trasladar a  Marruecos se limite a verificar el estado de la las medidas de seguridad y control realizadas y  no investigue precisamente las violaciones de derechos humanos tan terribles que están produciéndose.
Desde la Apdha volvemos a reiterar que el respeto a los derechos humanos, la vida y al dignidad de las personas, deben ser absolutamente prioritarios para abordar esta situación que nos tiene a todos indignados y con el corazón encogido.
Insistimos de nuevo en la creación de una Comisión independiente con observadores de instancias humanitarias internacionales que acabe con esta carnicería y determine todas las responsabilidades. Y en este sentido la Apdha se ha dirigido urgentemente a numerosas de esas instancias.
También es necesario llamar a la reacción social. Ayer día 6 en Granada Apdha y Acoge convocaron una concentración. Esta tarde hay convocada concentración en Sevilla, a las 20:00 en la Plaza Nueva. A las 12 de hoy, Andalucía Acoge va a realizar un paro simbólico de cinco minutos ante la puerta de sus sedes. En Córdoba hay una concentración programada hoy a las 20:00 En el Bulevar.
 

Comunicado Apdha-Cahabaka.
El último asalto a la valla de Melilla acaba en tragedia: seis inmigrantes muertos y 30 heridos. Chabacka y Apdha exigen una acción urgente internacional
Comunicado de SOS Racismo.
SOS Racismo en el mismo sentido que Apdha y Chabaka, insisten en que expulsar a Marruecos es en estos momentos condenar a muerte a los inmigrantes
Ciberacciones.
Se pueden enviar Mails y Fax de protesta a las direcciones que pasamos. Los colectivos pueden adherirse a la Declaración de Larache. Amnistía Internacional también ha puesto en marcha una ciberacción. Todas ellas son complementarias y os animamos a sumaros a las mismas.
Comunicado de Comunidades Cristianas Populares.
La inmigración viene a sacar a la luz las propias contradicciones internas de nuestro ensalzado modelo económico y social. Si no sabemos o no queremos resolverlas, la cuestión de la inmigración seguirá agudizándose como asignatura pendiente. Mientras tanto, nos quedamos tranquilos haciendo a las víctimas culpables de su situación insostenible; o protegiéndonos ilusamente contra sus intentos de llegar a este lado. ¿Hasta cuándo?
Los conflictos olvidados.
Carlos Taibo, en la Agencia de Información Solidaria, nos dice que de la misma suerte que nos hemos acostumbrado a escuchar, imperturbables, las cifras que dan cuenta del vigor ingente del hambre en el mundo que habitamos, hemos acabado por asumir, sin pestañear y mal arropando nuestra presunta mala conciencia, que hay conflictos de primera, de segunda y de tercera clase.
No a las armas, si a la vida.
En el 2000 se gastó en armamentos US$ 524 mil millones. En el 2003, post-Bin Laden, US$ 642 mil millones.  Aumentó el 25%. Y en el 2003,  los 30 países más ricos del mundo destinaron a la cooperación con las naciones más pobres sólo US$ 69 mil millones. O sea, un 10% de lo que se utilizó en armas.  El caso de Estados Unidos horroriza, como diría mi sobrino: el  1% de su presupuesto fue para la ayuda internacional, y un 25% para actividades bélicas.
 
Graves violaciones de derechos humanos en Marruecos
Apdha denuncia deportaciones y muerte de subsaharianos en el desierto
Exigen actuación urgente de organismos internacionales
 
La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía y la Red Chabacka del Norte de Marruecos, tras la muerte de seis subsaharianos en un nuevo intento de entrar en Melilla en la madrugada entre los días 5 y 6, hacen un llamamiento a la acción internacional ante las graves violaciones de derechos humanos que se están produciendo en Marruecos con las personas inmigrantes de origen subsahariano.
Tras las presiones españolas y de la UE, Marruecos está procediendo a la deportación de centenares de personas al desierto del Sahara, tanto a la indeterminada frontera con Argelia como a la de Mauritania. Se calcula que han sido deportados a estas zonas entre 800 y mil africanos procedentes de diversas nacionalidades que son abandonadas en las mismas sin alimentos ni agua. También se han producido, pero en menor medida, deportaciones a la zona de Oujda en la frontera argelina..
La Apdha y Chabacka han podido saber que han desaparecido y se les da por muertos entre doce y diecisesis personas, dada la debilidad previa tras semanas en condiciones infrahumanas en los bosques alrededor de Ceuta o de Melilla. Asimismo han podido saber que una mujer nigeriana ha fallecido en el proceso de deportación.
La situación de las decenas de personas que quedan escondidas en lo más profundo de los bosques, como en Beniunesh, es de auténtica urgencia humanitaria: cercados por el ejército que no entra en el fondo del bosque y se limita a destruir y requisar todo lo que ven, sin agua potable, alimentos o un mínimo cobijo. Y nos han hecho llegar una petición de socorro urgente.
La Apdha y Chabacka, ante esta gravísima violación de derechos humanos, exigen la actuación inmediata de organismos internacionales, desde Cruz Roja, hasta el ACNUR, pasando por el Parlamento Europeo, organismos a los que nos hemos dirigido.
Parece preocupante y grave que en esta situación se active precisamente el protocolo de devolución con Marruecos de 1992 a partir de hoy, según ha anunciado la vicepresidenta del gobierno español, ante la inseguridad jurídica y el destino incierto de los inmigrantes que puedan ser devueltos a este país.
Asimismo también resulta preocupante que se hayan desbloqueado cuarenta millones de euros por la UE que con toda seguridad no van a ser empleados en habilitar ayuda humanitaria y un trato digno a las personas subsaharianas. En este sentido, desde las dos orillas, pedimos la que las Comisiones que van a enviar tanto la UE como el Parlamento Europeo, no se limiten a certificar las medidas de seguridad tomadas, sino a investigar las denuncias de violaciones de derechos humanos tan graves como las que estamos realizando y a resolver la situación de crisis humanitaria que atraviesan miles de personas subsaharianas en Marruecos.
6-10-05.
 
 
 
EXPULSAR A MARRUECOS ES CONDENAR A MUERTE
Seis inmigrantes fueron asesinados a tiros la madrugada pasada por la policía marroquí.
Ocho inmigrantes más han muerto en los últimos veinte días en su desesperado intento de cruzar la valla, como mínimo cinco de ellos tiroteados.
Veinticuatro inmigrantes han muerto de sed en el desierto (seguramente son más, nos limitamos a las muertes contrastadas) como consecuencia de la política marroquí de trasladar a la frontera sur, en pleno desierto del Sáhara, a los inmigrantes expulsados desde territorio español para abandonarlos a su suerte ante centenares de kilómetros de arena.
Miles de inmigrantes malviven durante meses en la frontera con Ceuta y Melilla, hostigados por la policía marroquí, golpeados, extorsionados, víctimas de cualquier abuso.
Muchos de los inmigrantes golpeados, tiroteados, expulsados, habían presentado solicitud de asilo por ser víctimas de persecución en sus países de origen, y encuentran en lugar de la protección que exige la normativa internacional un trato igual o peor que el que recibían en el lugar de donde se vieron forzados a huir.
Marruecos no es el único responsable de esta escalofriante situación. El abismo de desigualdad entre ricos y pobres, causa principal de las migraciones, aumenta progresivamente a nivel mundial: no sólo son insuficientes e inadecuadas las políticas de cooperación, sino que el sistema económico provoca el empobrecimiento del continente africano. El sida afecta a un porcentaje alarmante de la población ante la pasividad internacional. Es prácticamente imposible que las personas que provienen de países subsaharianos puedan entrar de forma legal en Europa, como sugieren algunos responsables políticos en un alarde de cinismo: las leyes de extranjería les cierran la entrada. A pesar de la inestabilidad generalizada del continente, Sierra Leona es el único estado africano considerado como país en conflicto en las políticas de asilo.
Lo que ha sucedido durante el último mes no es absolutamente nuevo, pero ahora ya no podemos mirar hacia otro lado. Hemos visto el miedo, la persecución, los puntos de sutura en las manos destrozadas por las alambradas, los heridos, los muertos.
Estos hechos deberían indignarnos y avergonzarnos. En primer lugar, un grito: ¡son personas! Acto seguido, las medidas necesarias para el respeto de sus derechos en la situación inmediata. En segundo lugar, una reflexión obvia: ¡unas verjas más altas provocan más muertes, pero no eliminan la necesidad de emigrar! Acto seguido, políticas realistas, es decir, que se responsabilicen de las consecuencias del modelo de mundo que creamos.
En lugar de esto, se multiplican las vallas, se militariza la frontera, se expulsa a los inmigrantes a un país donde serán golpeados, quizás tiroteados, probablemente expuestos a la muerte en el desierto. Esta noche ha salido un barco con 70 personas expulsadas a Marruecos, tal como había anunciado ayer el ministro del Interior. La cumbre hispano-marroquí, así como las últimas declaraciones del ministro de Exteriores y de la vicepresidenta del Gobierno, avalan esta política.
Desde SOS Racismo:
o Condenamos rotundamente esta expulsión masiva, y exigimos que cese inmediatamente cualquier expulsión, al menos mientras no haya absoluta seguridad de que los derechos humanos son respetados en territorio marroquí. Es increíble que cualquier gobierno, y más un gobierno socialista, muestre tal grado de desprecio por los derechos de las personas.
o Exigimos una investigación que analice la actuación de la policía española, y que sancione cualquier vulneración de los derechos humanos.
o Exigimos la retirada inmediata de las tropas españolas de la frontera de Ceuta y Melilla. Los intentos de entrada de personas desesperadas no son un problema militar, ni deben ser tratados como tal.
o Pedimos que, en el ámbito estatal e internacional, se abra un proceso de debate sobre las políticas migratorias vinculado a las políticas de cooperación y desarrollo, y a la universalización de los derechos humanos, y no vinculado a la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico como ocurre habitualmente
 
 
 
o Adherirse (organizaciones y colectivos) a la Declaración de Larache
 
Una iniciativa puesta en marcha por colectivos reunidos en Larache (Maroc) este pasado fin de semana. Se quiere entregar en el Parlamento. Se puede firmar en:
http://www.apdha.org/areas/documentos/firmaslarache.htm
 
o Enviar fax y e.mail de protesta.
 
Enviar el escrito adjunto, citando la identificación de la persona, asociación u organismo a:
- ACNUR GINEBRA. 0041227397314.
- ACNUR ARGELIA. 0021321692374.
- HELENE FLAUTRE. Vicepresidenta de la Comisión de Derechos Humanos del
Parlamento Europeo. hflautre@europarl.eu.int
- JORGE BUSTAMANTE. Relator de Naciones Unidas por los Derechos de
Inmigrantes. msteccazzini@ohchr.org
- BENAISSA. Ministro marroquí de Asuntos Exteriores y Cooperación. 0021237660162.
Posible texto del escrito:
Desde la semana pasada tenemos constancia de que las autoridades marroquíes efectúan
deportaciones de inmigrantes subsaharianos a pleno desierto del Sáhara, en territorio
Argelino.
En esta zona sólo hay arena, ni siquiera una ciudad y mucho menos agua y comida.
Hay testimonios que hablan ya de entre 16 y 24 personas muertas y un número indeterminado de desaparecidos.
Los países de origen de estos ciudadanos subsaharianos son numerosos: Congo RCD, Costa de Marfil, Mali, Nigeria, Liberia, Camerún, Senegal, Guinea Bissau, Guinea Conakry, Congo Brazzaville, Gambia, Níger, Somalia, Sudán, etc…
Pedimos:
§ A la Comisión Europea, Gobierno español y Naciones Unidas la investigación
inmediata de estos hechos.
§ Al Alto Comisionado de Naciones Unidas por los Refugiados la protección
inmediata de todos aquellos demandantes de asilo en territorio marroquí.
§ Al Gobierno marroquí el cese inmediato de estas deportaciones y el respeto a los derechos humanos.
§ Al  Gobierno argelino que eleve una protesta internacional ante estos hechos y que la situación no tenga repercusiones negativas sobre estos inmigrantes subsaharianos, además del respeto escrupuloso de sus derechos humanos.
§ A los gobiernos y embajadas de los países de origen que investiguen estos hechos y que protejan de manera efectiva los derechos humanos de sus ciudadanos en Marruecos
 
o Ciberacción de Amnistía Internacional.
 
Amnistía Internacional ha puesto en marcha una ciberacción para dirigir una carta al presidente del Gobierno español y al Primer Ministro marroquí exigiendo el respeto de los derechos humanos de las personas que llegan a Ceuta y Melilla. Se puede firmar en:
http://www.es.amnesty.org/actua/migrantes_oct05/
 
o Vídeo con la agresión de un Guardia Civil a un inmigrantes.
 
El gobierno ha pedido las imágenes para aclarar quien fue el responsables. También nosotros decimos que se investigue toda la violencia policial de este lado del muero de la vergüenza en Ceuta y Melilla. Las imágenes hablan por sí solas. El vídeo pertenece a Telecinco.
http://www.informativos.telecinco.es/telecinco/inmigracion/reportaje/dn_13272.htm,
 
 
 
MELILLA Y CEUTA: MUERTOS POR BUSCAR LA VIDA
 Nos enseñaron un conocido refrán: “¿Quién le pone puertas al campo?” para expresar que hay situaciones que no se pueden controlar o limitar. Pero ese viejo refrán ya no vale, porque al campo le ponen todas las puertas que se quieran. Recordemos a los palestinos ante el inmenso muro de nueve metros de altura que divide el territorio en varios trozos e incomunica a poblaciones enteras. ¿Qué sentirán? A casi todos nos parece una injusta barbaridad. Sin embargo, llama menos la atención el doble muro –esta vez de alambradas de púas cortantes y tres metros de altura, que ahora están alzando hasta seis- que separa a Ceuta y Melilla de Marruecos. Un muro costeado en gran parte con dinero de la UE y legitimado políticamente porque frena la entrada clandestina de inmigrantes africanos. Y éstos, ¿qué sentirán?
En una ocasión visité el perímetro de doble vallado de Melilla. Me embargó la sensación de estar ante un campo de concentración y una lágrima de impotencia nubló mi vista. Allí se materializaba en toda su crudeza eso de la “Europa Fortaleza” y que quienes vivimos en la abundancia somos una isla en medio de un inmenso océano de necesidades. Esa valla y muchas otras nos ponen a salvo del asalto de los empobrecidos, que ahora se les denomina “menos favorecidos”, pues la palabra “pobre” hoy día suena mal y  parece demagógica.
Al otro lado de la valla-frontera de Melilla y Ceuta acechan a la suerte varios cientos de africanos procedentes del Congo, Mali, Níger, Burkina... donde la guerra, la sequía, la inseguridad, la necesidad hacen insufrible la vida de las mayorías. Han viajado miles de kilómetros,  atravesado el desierto, pagado sobornos y padecido mil abusos –especialmente las mujeres- para entrar finalmente en vía muerta: no pueden volver ni avanzar. Semiescondidos y refugiados en las colinas cercanas de la zona marroquí, malviven en condiciones indescriptibles. “Tengo envidia de los perros porque ellos tienen comida y nosotros no”, decía un inmigrante. Se están alzando y reforzando las vallas y la vigilancia. Además, con el frío del invierno vendrá lo peor: cómo cobijarse y abrigarse en medio del monte, sin nada de nada. De ahí los repetidos intentos que han protagonizado en las últimas semanas para saltar la dos vallas. No pueden esperar mucho más.
Ya han perdido la vida varias personas en el arriesgado salto, que realizan con la ayuda de precarias y frágiles escaleras hechas con ramas de pino o eucalipto y recios guantes en las manos para protegerse de la afilada alambrada que corona la valla metálica. Muertos, heridos, apaleados, hospitalizados, detenidos. Y seguirán más y más.
Al margen de los detalles y culpabilidades a esclarecer, las muertes están ahí. La cuestión de fondo es qué hacer para que no sucedan nunca más. Carlos Cano cantaba: “Si estuvieran abiertas todas las puertas / nadie las abriría con violencia / y habría paz / y habría amor / y el mundo estaría mejor”. Pero no, la orden es cerrarlas más aún. Nuestro Ministerio del Interior ha decidido acelerar los trámites para completar la elevación de la altura de la valla que marca la frontera y controlarla más fuertemente con la intervención ahora de nuestro ejército, como si de una invasión o una guerra se tratase. Por eso interviene el Ministerio de Defensa: los empobrecidos son “peligrosos”.
La inmigración actual en todo el mundo es un fenómeno muy complejo y no puede abordarse con un simple control de fronteras, ni sólo con admitir cupos de “mano de obra” que aquí necesitemos según cada campaña o momento económico. No hay soluciones simplistas ni a corto plazo. Abordar la inmigración como un problema de orden público es un camino sin salida. Dejarla en manos únicamente de la solidaridad de la buena gente es eludir la responsabilidad política de quienes fueron elegidos para hacer una sociedad más justa.
La inmigración plantea un hondo desafío a nuestro discurso sobe los derechos humanos y a nuestra ensalzada globalización económica. No hay verdadera universalidad de los derechos si éstos son únicamente para nosotros, los privilegiados. El discurso universalista es mera retórica si siguen fuera del mismo los empobrecidos y excluidos sociales por miles de millones. Lo acabamos de constatar en la última asamblea general de la ONU: pocos acuerdos se han anudado para combatir la pobreza en el mundo.
Es injusta y falsa la llamada globalización cuando ésta sólo a nosotros beneficia, mientras que el 85% de la Humanidad queda al margen y es excluida como “no solvente”, como población “excedente”. La inmigración viene a sacar a la luz las propias contradicciones internas de nuestro ensalzado modelo económico y social. Si no sabemos o no queremos resolverlas, la cuestión de la inmigración seguirá agudizándose como asignatura pendiente. Mientras tanto, nos quedamos tranquilos haciendo a las víctimas culpables de su situación insostenible; o protegiéndonos ilusamente contra sus intentos de llegar a este lado. ¿Hasta cuándo?
Esteban Tabares. Sevilla.
COMUNIDADES CRISTIANAS POPULARES DE ANDALUCÍA
 
 
 
Carlos Taibo en Agencia de Información Solidaria
 
Desde tiempo atrás se repite, con encomiable pundonor, que son muchos los conflictos olvidados que jalonan el planeta. Si nada hay que oponer a tal afirmación, cargada de buen sentido, hora es ésta de subrayar que el recordatorio en cuestión ha empezado a convertirse en un lugar común que, como tantos, se puede soslayar sin mayor quebranto. De la misma suerte que nos hemos acostumbrado a escuchar, imperturbables, las cifras que dan cuenta del vigor ingente del hambre en el mundo que habitamos, hemos acabado por asumir, sin pestañear y mal arropando nuestra presunta mala conciencia, que hay conflictos de primera, de segunda y de tercera clase.
Si los hechos son así, habrá que agregar que sobran las razones para argüir que, al cabo, todos los conflictos son objeto de olvido entre nosotros. También Irak y Palestina hace tiempo que escaparon, pese a las apariencias, de nuestra atención. Un colega palestino señalaba hace unos meses que entre las tragedias que su pueblo debía encarar no era, paradójicamente, la menor la de estar en el foco de atención de tantos medios de comunicación: aunque -aducía- con certeza había comunidades humanas que atravesaban situaciones peores, los palestinos bien podían acogerse a la desesperante conclusión de que la inflación de información que generaban en nada había servido para aliviar su situación.
Dejemos de lado, con todo, nuestras cautelas, y pongámonos a la tarea de adelantar algunas explicaciones de por qué unos conflictos suscitan interés en tanto otros, en cambio, quedan en el olvido. La primera, obvia, recuerda que entre los primeros se hallan aquellos que, en virtud del relieve geoestratégico y geoeconómico de las regiones afectadas, han atraído de siempre la codicia de las grandes potencias. Recurramos al ejemplo mayor: allí donde Estados Unidos está presente de forma manifiesta, el conflicto en cuestión arrastra, por razones fáciles de entender, nuestra atención. Es verdad, aun así, que lo que tenemos entre manos asume a menudo formas singulares: no faltan quienes sólo se sienten atraídos por los conflictos en los cuales EEUU está inmerso de manera rotunda (en el buen entendido, eso sí, de que no faltan quienes aprecian la mano negra de Washington por detrás de casi todo, y en particular de tramadas estrategias de desestabilización de potencias rivales).
Un trasunto, no siempre marginal, de lo anterior lo proporciona el general aturdimiento que padecen nuestras opiniones públicas. Ahí está, para ilustrarlo, el tenaz desinterés con que entre nosotros se obsequia a la guerra afgana de estas horas, artificialmente convertida en un conflicto de textura muy diferente de la que exhiben los hechos iraquíes de los últimos años. Las secuelas emocionales de los atentados del 11 de septiembre de 2001 siguen pesando lo suyo, y a su amparo son muchos los que sostienen, impertérritos, que uno y otro escenario en nada se parecen. Como si no compartiesen una misma trama geoestratégica y geoeconómica, no exhibiesen similares antecedentes en materia de apoyo estadounidense a quienes luego se convirtieron en enemigos acérrimos, no mostrasen alarmantes semejanzas en cuanto a represión y violación de derechos, no diesen rienda suelta a genuinas farsas democráticas y, en suma, no revelasen lo que la legalidad internacional es a los ojos de los dirigentes de la principal potencia del globo.
Otra categoría de interés la aportan los conflictos que, en el candelero en su momento, han ido cayendo en el olvido con el paso del tiempo. Ello es así hasta el punto de que, cuando se intuye que reaparecen en nuestra atención, lo que se adivina por detrás no es sino la enésima operación ocultatoria. En julio celebramos ritualmente el décimo aniversario de la matanza de Srebrenica, en Bosnia, y, como era de esperar, nadie faltó a la cita de un recordatorio insorteable: el de que Radovan Karadzic y Ratko Mladic siguen campando por sus respetos. Apenas se escucharon, en cambio, voces que subrayasen el atolladero en que se halla inmerso el país de los hechos, un artificial castillo de naipes en el que apenas se ha avanzado en la reconstrucción de la vida multiétnica, las viejas elites lo controlan casi todo y la ayuda foránea ha ido menguando de manera dramática. Pareciera como si los nombres de Karadzic y Mladic, a más de dar rienda suelta, de nuevo, a nuestra mala conciencia, sirviesen para tapar el desinterés por la tragedia de fondo.
Lo de Bosnia viene como anillo al dedo para enunciar una llamativa ley de aliento geográfico: nuestro interés por los conflictos disminuye cuanto más hacia el este y más hacia el sur se registran éstos. Si Bosnia levantó mucha atención, Chechenia -dos mil kilómetros hacia oriente- apenas se ha llevado primeras planas, en tanto nadie recuerda que la república ex soviética de Tayikistán, otro par de millares de kilómetros hacia el este, fue escenario de una sangrienta guerra civil entre 1992 y 1997. Para explicar nuestro palmario olvido de otra guerra civil, la argelina, acaso conviene apuntar que la existencia de un mar que -según dicen- separa culturas y civilizaciones parece exhimirnos de cualquier deber de seguimiento puntilloso: si un sinfín de veces escuchamos que lo que ocurría en Sarajevo era lamentable por cuanto la capital bosnia se hallaba a menos de una hora de avión de Roma, pocos -de nuevo- han sido los que han tenido a bien señalar que Argel se encuentra a menos de una hora de avión de Madrid. Aunque, y para decirlo todo, el de Argelia es un conflicto de primera clase si lo comparamos con los que se manifiestan en un África subsahariana siempre en la más radical de las penumbras. Tiene uno derecho a sugerir que las preferencias que ahora nos interesan alguna relación guardan con atavismos mentales no exentos de xenofobia.
De un tiempo a esta parte, y en suma, se registra por estos pagos, de la mano de nuestro singularísimo y ultramontano discurso neoconservador, una franca invitación a desentenderse de los conflictos concretos, amparada en la paralela aseveración de que es tan inmoral como innecesario escarbar en aquéllos para entender lo que ha dado en llamarse terrorismo internacional. Si ya tenemos una explicación cabal de casi todo, Al Qaeda, a qué prestarle oídos a lo que ocurre en Cachemira, en Chechenia, en el Kurdistán, en Palestina o en el Sahara occidental. Al razonamiento consiguiente no se le puede negar una apreciable ventaja: en un magma en el que se dan cita el designio de reírle las gracias a gobiernos impresentables, la entronización obscena de fórmulas de doble rasero, la afirmación inopinada de que el terrorismo debe encararse en exclusiva en virtud de fórmulas policial-militares y la cerril oposición a cualquier ejercicio de asignación de responsabilidades a las potencias occidentales, las monsergas que nos ocupan ahorran tiempo y quebraderos de cabeza. Semejante estratagema argumental parece haberse salido con la suya, por lo demás, a la hora de rescatar el nombre de los conflictos sólo cuando estos últimos quedan anegados tras el impacto de actos de terror como el registrado un año atrás en Beslán.
Es difícil escapar de una observación final: para dar cuenta de nuestro general desdén por estas cosas hay que poner el dedo en la llaga, sangrante, de muchos medios de incomunicación que, tras primar el espectáculo y hurgar en las emociones del directo, revelan bien a las claras su nula voluntad de informar amplia, analítica, permanente y críticamente. Y hay que anotar también, claro, el peso ingente de esa realpolitik que aconseja a nuestros gobernantes darle palmaditas en el hombro -ya no se contentan, como antes, con mirar hacia otro lado- a Ariel Sharon, a Pervez Musharraf o a Vladímir Putin, y la inanidad, tantas veces, de nuestros movimientos de contestación. Todos tenemos que preguntarnos por qué la ciudadanía salió a la calle en febrero de 2003 para protestar ante la agresión que Estados Unidos preparaba en Irak y no lo hizo un año y medio antes, en cambio, cuando Washington movió sus peones en Afganistán para airear obscenamente sus intereses en la región más atribulada del planeta.
 
 
 
Frei Betto en Amlai-Latina
 
Hay organismos multilaterales que, de hecho, funcionan como unilaterales. Aparentan muchos lados y poseen una sola cara.  Es el caso del FMI.  Nunca realizó el generoso gesto de sugerir a un país deudor reducir su superávit primario.  Para quien no domina la economía, superávit primario es el porcentaje del PIB que el gobierno economiza para destinar a los acreedores.  Dinero que deja de ser utilizado en el combate al hambre, en salud y en educación, y es canalizado para pagar la deuda e(x)terna.
Don João VI (1), al retornar a Portugal, limpió las arcas fiscales. El gobierno negoció con Inglaterra un préstamo de 3 millones de libras.  Fue el primer mal paso, pues el dinero era para pagar deudas y compensar los desequilibrios del presupuesto, y no para incrementar la producción y generar riquezas.  Entre 1824-25, Brasil se endeudó afuera el equivalente a 12 mil millones reales.(2).  Le tomó cuarenta años para pagar  5 mil millones, y gastó con intereses 60 mil millones, cinco veces lo que recibió. Martín  Francisco, primer ministro de Hacienda, consideraba perniciosos los préstamos externos.
Cuando Fernando Henrique Cardoso terminó su segundo mandato en el gobierno, el superávit era del 3,75%.  Entró Lula y subió a un 4,25%.  Quería calmar el mercado, que lo miraba con ojos temerosos.  El  4,25% consta en el papel.  En la práctica, el gobierno extrae más dinero del mercado de lo que supone nuestra vana impresión.  En el 2003, el gobierno tuvo a la mano, para nuevas inversiones, sólo 8 mil millones de reales. Y vía superávit canalizó  65 mil millones  para amortizar los intereses de la deuda. La previsión para el 2006 es que el gobierno dispondrá de sólo  12 mil millones  y entregará a los acreedores  179 mil millones.  Por mucho menos Tiradentes (3) reaccionó.
Existe otro organismo multilateral llamado OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico).  Reúne a los 30 países más  ricos.  Por cada US$ 1 destinado a la cooperación, los treinta desembolsan US$ 10 para actividades militares.  El dato es del Informe del Desarrollo Humano, ONU/2005.
En el 2000 se gastó en armamentos US$ 524 mil millones.  En el 2003, post-Bin Laden, US$ 642 mil millones.  Aumentó el 25%.  Y en el 2003,  los 30 países destinaron a la cooperación con las naciones más pobres sólo US$ 69 mil millones.  O sea, un 10% de lo que se utilizó en armas.  El caso de Estados Unidos horroriza, como diría mi sobrino: el  1% de su presupuesto fue para la ayuda internacional, y un 25% para actividades bélicas.
Toda la ayuda que, durante un año, aquellos países dan al combate del SIDA representa sólo tres días de gastos en armas. Conviene acordarse que el SIDA mata cerca de 3 millones de personas por año.  El hambre, 5 millones de niños por año. Genocidio.  La propia ONU practica lo que critica.  En el 2005, la ONU está gastando más en el mantenimiento de sus cascos azules en zonas de conflicto que toda la ayuda que los países ricos darán a África.
En Brasil, el 23 de octubre, vamos a las urnas para decidir si el comercio de armas debe o no ser prohibido en el país.  Votaré sí. Respuesta 2.  Según una investigación de la UNESCO, divulgada el 9 de septiembre, se demuestra que en el 2004 el número de muertos por armas de fuego cayó un 15,4% de lo que se preveía. Se salvaron 5.563 vidas.  Gracias a la campaña de desarme del gobierno de Lula.
Entre el 2003 y 2004, comparados los números de víctimas de armas de fuego, hubo una caída del 8,2%.  Se salvaron  3.234 vidas.  Es un pequeño avance.  En relación al índice de muertos es casi nada.  El año pasado las balas salidas de los  cañones de revólveres y fusiles, pistolas y metralletas, segaron  36.119 vidas en Brasil.  Si no hubiera campaña de desarme habrían sido cerca de 42 mil muertes.
Gracias al hecho de que muchos dijeron adiós a las armas, en la región Sudeste, la caída de muertes por armas de fuego, en el 2004, fue del 20,1%, la mayor del país.  Menos armas, menos muertes.  Votar sí en el plebiscito de 23 de octubre es dar un sí a la vida.
El argumento de que los delincuentes continuarán armados es una falacia.  Menos comercio de armas, menos posibilidad de obtenerlas.  Hoy, los delincuentes actúan bajo efectos de la droga. Al ver a la víctima armada, tiran a matar.  Las estadísticas comprueban que una víctima desarmada tiene más oportunidades de sobrevivir que aquella que porta un arma.
El país más violento del mundo es Estados Unidos.  Más de 2 millones de presos.  Lo que prueba que la violencia no es resultado de la miseria, y sí de la falta de cultura humanista.  Quien aprende el gusto  de matar muñequitos virtuales en videojuegos, bebe del veneno belicista.  Una investigación reciente revela que en Estados Unidos 1,7 millones de niños viven en un hogar con armas.  Y un tercio de los adultos posee revólveres, rifles o fusiles en casa (http://www.pediatrics.org).  En el 2002, los disparos dejaron 1400 víctimas entre niños y adolescentes, de los cuáles un 90% se encontraban en casa cuando ocurrió la fatalidad.
Bush cree que la paz vendrá como resultado de la imposición de las armas.  El profeta Isaías apunta el camino inverso: sólo habrá paz como hija de la justicia (32, 17).  Una civilización del amor jamás será conquistada por espíritus belicistas. (Traducción: LAI)
- Frei Betto es escritor, autor de "Típicos Tipos" (La Jirafa), Premio Jabuti 2005, entre otras obras. Notas:
(1) Don João VI, Rey de Portugal, vivió en Brasil de 1808 a 1821.
(2) Unidad monetaria en Portugal y Brasil.
(3) Tiradentes. José Joaquín da Silva Xavier, revolucionario brasileño (1748-1792)
 

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